Estados Unidos lidera el desarrollo de la inteligencia artificial, y esa ventaja no es solamente técnica: depende de algo mucho más prosaico y tangible que quizá no pensamos a diario: electricidad. ¿Te imaginas que el motor que impulsa la próxima revolución tecnológica se quede sin combustible? Eso es lo que está advirtiendo OpenAI.
Por qué la electricidad es el nuevo activo estratégico
La IA consume energía a gran escala. No es solo una utilidad más: es un activo estratégico para construir la infraestructura que sostendrá la competitividad económica y la seguridad nacional. Según un análisis interno de OpenAI, los primeros 1 billón de dólares invertidos en infraestructura de IA podrían generar más de un 5% adicional de crecimiento del PIB en un periodo de tres años.
¿Suena exagerado? Piensa en la electricidad como la autopista por donde viajan los modelos de IA: sin más carriles ni mejor calidad, el tráfico se detiene. Y cuando hablamos de tráfico, hablamos de cientos de millones de usuarios usando herramientas gratuitas y de pago cada semana.
Los electrones son el nuevo petróleo: sin más capacidad eléctrica, la ventaja competitiva corre riesgo.
Qué pide OpenAI y por qué importa
OpenAI presentó una recomendación al White House Office of Science and Technology Policy con medidas concretas:
- Fortalecer la base industrial estadounidense.
- Modernizar regulaciones para desbloquear más energía.
- Preparar a los trabajadores con programas de educación y desarrollo laboral en IA.
- Asegurar que los sistemas de IA de frontera protejan la seguridad nacional y ampliar su adopción por parte del gobierno federal.
Esas propuestas no son solo tecnocracia: son políticas para que la sociedad obtenga beneficios claros de la IA —lugares de trabajo bien remunerados, cadenas productivas locales y un aprovechamiento más eficiente de recursos.
El "gap" de electrones y la carrera con China
La diferencia es rápida y enorme. En 2024 China añadió 429 gigavatios de nueva capacidad eléctrica, más de la mitad del crecimiento global. Estados Unidos añadió apenas 51 gigavatios. Esa brecha —el "electron gap"— puede translateirse en pérdida de liderazgo tecnológico si no se actúa.
OpenAI sugiere un proyecto ambicioso: construir 100 gigavatios por año junto al sector privado. Suena a estrategia nacional a gran escala, similar en ambición a proyectos históricos como la autopista interestatal o la carrera espacial.
Qué está haciendo OpenAI aquí y ahora
OpenAI no se queda en las recomendaciones. Está construyendo los sitios Stargate en Texas, Nuevo México, Ohio y Wisconsin, que sumarán casi 7 GW de capacidad de cómputo y prometen más de 400 mil millones de dólares en inversión durante los próximos tres años. La meta anunciada es completar una promesa de 500 mil millones y 10 GW para finales de 2025.
En Wisconsin, por ejemplo, OpenAI trabaja con la empresa de servicios locales para aumentar la capacidad energética de manera que beneficie también a la comunidad: reducir la carga en la red, devolver energía o evitar costos más altos para los residentes.
Empleo y formación: la otra pieza crítica
No basta con construir centros de datos y líneas de transmisión. Hacen falta personas que los instalen y los operen. OpenAI estima que para sus planes de infraestructura en EE. UU. se necesitará alrededor del 20% de la fuerza laboral actual de oficios calificados durante los próximos cinco años.
Por eso lanzan programas de certificación y una plataforma de empleos para crear rutas hacia oficios técnicos con buenos salarios y credenciales transferibles. ¿La idea? Llevar oportunidades económicas a lugares fuera del tradicional Silicon Valley y resolver cuellos de botella laborales que podrían frenar la expansión.
¿Qué puede hacer Estados Unidos ahora?
Las propuestas son claras y prácticas: invertir en energía, modernizar reglas para acelerar proyectos, formar y certificar trabajadores, y usar la compra pública para impulsar adopciones que aseguren tanto la innovación como la seguridad nacional.
No es ciencia ficción. Es política industrial, inversión y capacitación masiva. Si Estados Unidos piensa en grande —como en otras épocas— tiene capacidad para cerrar la brecha y mantener el liderazgo en la era de la inteligencia.
Podemos discutir si 100 gigavatios por año es la cifra exacta que hace falta. Lo que no es discutible es la lógica: sin energía suficiente y sin mano de obra capacitada, la IA se queda en promesa. Con energía y gente preparada, la IA puede ser una palanca real de prosperidad.
Fuente original
https://openai.com/global-affairs/seizing-the-ai-opportunity
