Estamos ante una noticia que suena a ciencia ficción, pero es real y ocurre ahora. DeepMind anunció una colaboración con Commonwealth Fusion Systems para aplicar inteligencia artificial a uno de los problemas más difíciles de la física: controlar plasmas a temperaturas de más de 100 millones de grados para generar energía por fusión. (deepmind.google)
¿Qué anunciaron exactamente?
En un artículo publicado el 16 de octubre de 2025, DeepMind explica que se asociará con Commonwealth Fusion Systems, la empresa detrás de la máquina SPARC, para llevar IA al diseño y operación de reactores de fusión. El objetivo práctico: ayudar a que SPARC alcance energía neta, es decir producir más energía de la que consume. (deepmind.google)
Entre las líneas de trabajo que detallan están:
- Construir simulaciones rápidas y diferenciables del plasma.
- Buscar rutas óptimas para maximizar la energía fusionada.
- Aplicar aprendizaje por refuerzo para descubrir estrategias de control en tiempo real. (deepmind.google)
¿Por qué importa la IA aquí?
Porque operar un tokamak implica ajustar muchísimos mandos, desde corrientes en bobinas magnéticas hasta la inyección de combustible. Hacer eso manualmente o con reglas fijas es lento y poco eficiente. ¿Te imaginas probar millones de combinaciones en la vida real? Imposible. En simulación, sí se puede, y ahí entra la IA. (deepmind.google)
TORAX, la herramienta que acelera el trabajo
DeepMind y sus socios ya publicaron TORAX, un simulador de plasma escrito en JAX
pensado para ser rápido y diferenciable. Eso significa que se pueden calcular gradientes y optimizar configuraciones con métodos que antes eran impracticables para este tipo de física. TORAX se usa para diseñar pulsos, optimizar trayectorias y crear entornos de control que los agentes de IA pueden explorar a gran velocidad. (torax.readthedocs.io)
Un ejemplo concreto: con TORAX los equipos pueden ejecutar millones de experimentos virtuales para identificar las configuraciones de pulso que probablemente funcionen mejor en SPARC, antes de encender la máquina. Esa economía de ensayo-error ahorra tiempo y recursos, y reduce riesgos. (deepmind.google)
Control en tiempo real con aprendizaje por refuerzo
DeepMind ya mostró que el aprendizaje por refuerzo puede controlar la forma magnética del plasma en trabajos previos. En esta fase, la colaboración busca ampliar ese control para optimizar también la potencia de fusión y gestionar la carga térmica sobre los materiales. En la práctica, un agente de IA podría aprender estrategias adaptativas que un humano no habría diseñado por su complejidad. (deepmind.google)
"TORAX es un simulador profesional de código abierto que nos ahorró incontables horas en la configuración y ejecución de ambientes de simulación para SPARC."
Devon Battaglia, Senior Manager of Physics Operations en CFS. (deepmind.google)
¿Qué promete SPARC y cuál es el horizonte?
SPARC pretende ser la primera máquina magnética en generar energía neta, un hito conocido como breakeven o Q>1. Commonwealth Fusion Systems ha publicado que espera producir su primer plasma en 2026, y SPARC está diseñado como paso previo hacia una planta comercial llamada ARC en la próxima década. La colaboración con DeepMind busca acelerar ese camino al mejorar diseño, planificación y control desde el primer día. (cfs.energy)
¿Esto significa energía limpia mañana?
No, y es importante ser realistas. La fusión es prometedora porque no genera emisiones de carbono y produce residuos radiactivos de vida corta comparados con la fisión. Pero hay desafíos técnicos y regulatorios por delante. Lo que sí cambia con esta noticia es el ritmo: usar IA para explorar y optimizar escenarios reduce incertidumbre y puede acelerar los hitos experimentales, lo que es relevante para la hoja de ruta de la energía limpia global. (deepmind.google)
Conclusión
La asociación entre DeepMind y CFS une dos mundos: investigación de punta en IA y ingeniería de alto riesgo en fusión. Si TORAX y los agentes de aprendizaje por refuerzo cumplen lo prometido, veremos menos pruebas aleatorias en el laboratorio y más experimentos dirigidos por simulación y optimización. ¿El resultado final? Menos tiempo y menos costo para acercar la fusión viable a la red eléctrica. Para quienes seguimos la tecnología, es una mezcla de optimismo y prudencia, porque la física seguirá marcando el paso, pero la IA ahora aporta un acelerador potente.